Me quedo con ganas de nombrarte en voz alta.
Me quedo algunas noches abrazándote y sintiéndote lejana,
convirtiéndome en cenizas a tu espalda, resurgiendo nuevamente a tu mirada.
Me consumo entre tus manos poco a poco, tú contemplas esta escena, fascinada;
como un niño agonizantes a las hadas, resignado a presenciar sin ayudarlas.
Me mantengo en lo seguro, cuando puedo;
siempre al borde del abismo de tus ojos, contenido de lanzarme a un punto ciego
que me dé la eternidad de tu recuerdo.
Me pregunto dónde estoy durante un beso, si en tu boca o enredado entre tus dedos,
si es que estoy en un suspiro liberado o en alguna de tus flores de cerezo.
Me imagino en una escena de tus sueños que desliza en el cairel de tu cabello,
me imagino que despiertas y me olvidas, y me escribes inconsciente entre tus versos...
Me quedo algunas noches abrazándote y sintiéndote lejana,
convirtiéndome en cenizas a tu espalda, resurgiendo nuevamente a tu mirada.
Me consumo entre tus manos poco a poco, tú contemplas esta escena, fascinada;
como un niño agonizantes a las hadas, resignado a presenciar sin ayudarlas.
Me mantengo en lo seguro, cuando puedo;
siempre al borde del abismo de tus ojos, contenido de lanzarme a un punto ciego
que me dé la eternidad de tu recuerdo.
Me pregunto dónde estoy durante un beso, si en tu boca o enredado entre tus dedos,
si es que estoy en un suspiro liberado o en alguna de tus flores de cerezo.
Me imagino en una escena de tus sueños que desliza en el cairel de tu cabello,
me imagino que despiertas y me olvidas, y me escribes inconsciente entre tus versos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario