viernes, 15 de mayo de 2009

Destructor

He visto lo pusilánime de tu existencia, he visto lo sacro olvidado y pisoteado y a la violencia en un altar de inmundicia. Los cambios de dirección que sigues sin llegar a ninguna parte, el sinsentido de todo tu entorno.
He visto tus montañas de riqueza y tus montañas de cadáveres en putrefacción que tratas de ocultar con adornos y dirigiendo la atención hacia otro punto. A mí no me engañas, yo lo veo todo.
He visto a tus ojos hacer en una fracción de segundo todo tipo de ademanes que delatan tu verdadera escencia, te he visto mentir sin miramientos. Te he visto esconderte detrás de tus excesos para ser quien no eres. Te he visto estar inconforme con todo lo que tienes. Te he visto deprimido sin razón alguna. Te he visto tratar tu vida, lo más valioso que tienes, sin respeto. Te he visto arruinar otras vidas con una ofensa o una acción. Sé cuando notas que estás haciendo algo mal y aun así prefieres fingir que no te percataste. Sé que a veces deseas no haber nacido porque estás sumido en el sinsentido de tu entorno. Estúpido. No te das cuenta que todo lo tienes y sabes desde la raíz misma de tu energía. Pero eres un desperdicio. Me das asco. Me das asco hasta el punto de la náusea.

Te hago saber todo esto porque parece que tú no lo notas y porque quiero que lo recuerdes cuando vomite mi odio de fuego sobre tu cabeza y te sientas miserable; cuando te ahorque una y otra vez para que sientas la desesperación de morir y no poder morir. Quiero que lo recuerdes en el momento en que me veas, en el momento en que veas lo atroz en su más espléndido vestido. Y que sepas sin dudar que soy yo:

Tu destructor.

Todo está tan podrido y me siento tan sucio... Quiero destruir.

domingo, 3 de mayo de 2009

Existir

Siempre hay en mí al menos dos conciencias antagónicas en eterna pugna. A veces un día sucede al otro por mera inercia y sólo veo pasar de largo los acontecimientos y el tiempo me arrastra, como en tercera persona; en esas ocasiones no encuentro sentido, todo ocurre más rápido de lo que puedo reflexionarlo. Otras veces cada día es una intensa situación llena de cosas qué aprender, siento cada latido lleno de fuerza llevando la vida por todo mi cuerpo, hago más de lo que creo que puedo hacer y disfruto cada cosa, pero esto sólo pasa cuando mantengo los ojos abiertos y la voluntad bien aferrada al nudo del puño. Contadas ocasiones.
Relaciono estos dos polos con un yin-yang, ambos con una pequeña porcion del opuesto: la fuerza que no te deja caer hasta rendirte y la sombra de la incertidumbre que abruma hasta el mejor momento. Respectivamente.
Estos son sólo dos de los muchos polos que encuentro en mí, pero creo que son compartidos por todos. Altas y bajas que finalmente son parte del todo. Encantadores sinsabores de la vida.