Permanece un instante la pluma ingrávida en la palma de la mano.
Y permanece sin aliento espectador de su etérica belleza.
Sumido en el dilema entre exhalar y dejar ir o contener hasta morir.
Y permanece sin aliento espectador de su etérica belleza.
Sumido en el dilema entre exhalar y dejar ir o contener hasta morir.